Mariposa Alcaparrera / Ruralísimo

La mariposa alcaparrera llega a Madrid: un nuevo aviso del cambio climático

La mariposa alcaparrera (Colotis evagore), habitual en regiones áridas de África y Oriente Medio, ha sido registrada por primera vez en la Comunidad de Madrid. El hallazgo, documentado en la Sierra de Guadarrama a unos 1.200 metros de altitud, supone un nuevo indicador del impacto del cambio climático en la biodiversidad peninsular, según la asociación ZERYNTHIA, especializada en el estudio y conservación de mariposas.

El registro se produjo el 30 de junio de 2025, coincidiendo con el mes más cálido en España desde que existen registros oficiales. La protagonista fue una hembra solitaria, visiblemente desgastada y con las alas deterioradas, lo que confirma que había recorrido una gran distancia antes de llegar a la sierra madrileña.

Una especie propia de climas cálidos

La Colotis evagore es una mariposa termófila y migradora que prospera en entornos áridos. En la península ibérica está presente a través de una subespecie, la Colotis evagore nouna, que logró establecerse de forma permanente en el sureste español a mediados del siglo XX.

Su distribución estable se limita a zonas como Andalucía oriental y Murcia, donde encuentra el clima cálido y seco que necesita, así como la planta de la que dependen sus orugas: la alcaparra (Capparis spinosa). También se han registrado poblaciones no permanentes en Cataluña, Aragón y Valencia, siempre en relación con la presencia de esta planta.

El hecho de que un ejemplar haya alcanzado Madrid resulta excepcional, ya que en la región la alcaparra es extremadamente rara y aparece únicamente en entornos alterados. Por ello, los expertos descartan que pueda formarse una población estable en la zona.

El calor extremo de 2025 como detonante

Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), junio de 2025 fue el mes más cálido registrado en España desde 1961, con una anomalía térmica de +3,6 ºC respecto al promedio del periodo 1991–2020. Esta situación se prolongó durante julio y agosto, con temperaturas medias que superaron las habituales y favorecieron la expansión de especies termófilas.

En este contexto, mariposas como la Colotis evagore han logrado penetrar en regiones interiores de la península donde normalmente no sobreviven al invierno. El avistamiento en la Sierra de Guadarrama se convierte así en una señal tangible de cómo los episodios de calor extremo propician la llegada de especies que antes estaban confinadas a zonas mucho más cálidas.

Colotis evagore / Ruralisimo

La importancia del registro

El hallazgo fue coordinado por la Asociación ZERYNTHIA junto a naturalistas locales. Para esta organización, sin ánimo de lucro y representante de España en la federación europea Butterfly Conservation Europe, este tipo de observaciones son fundamentales para documentar los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad.

ZERYNTHIA trabaja desde hace años en el estudio, divulgación y conservación de mariposas y sus hábitats, y destaca que episodios como el de Madrid funcionan como un testimonio directo de los impactos del calentamiento global.

Las mariposas migradoras como Colotis evagore reflejan de manera tangible cómo el cambio climático altera los patrones de comportamiento, distribución y reproducción de la fauna”, señalan desde la asociación.

No habrá población estable en Madrid, pero sí un aviso claro

Los expertos coinciden en que este avistamiento no implica la creación de una población estable en la Comunidad de Madrid, debido a la ausencia de la planta huésped que sus orugas necesitan para sobrevivir. Sin embargo, el caso es altamente significativo: confirma que el cambio climático está impulsando la expansión temporal de especies de climas cálidos hacia áreas donde antes era imposible su presencia.

La mariposa alcaparrera se suma a una larga lista de especies termófilas que han comenzado a desplazarse hacia el interior peninsular, siguiendo el rastro de un clima cada vez más cálido.

Biodiversidad en transformación

El avistamiento de Colotis evagore en la Sierra de Guadarrama no es un hecho aislado, sino parte de un proceso más amplio. A medida que aumentan las temperaturas medias, muchas especies están modificando sus rangos de distribución. Algunas logran adaptarse temporalmente a nuevas zonas, mientras que otras ven comprometida su supervivencia.

En este caso, la llegada de una mariposa africana a las montañas madrileñas simboliza de manera clara cómo la crisis climática está reconfigurando los ecosistemas a una velocidad sin precedentes.

La observación de la mariposa alcaparrera en Madrid es un acontecimiento científico y ecológico de gran valor. Aunque no suponga la creación de poblaciones estables, sí constituye una prueba directa de los efectos del calentamiento global en la península ibérica.

Lejos de ser una simple anécdota naturalista, este episodio subraya la urgencia de abordar la crisis climática y proteger la biodiversidad. Cada registro como este es una advertencia más de que los ecosistemas están cambiando, y de que la adaptación y la conservación se vuelven tareas imprescindibles para el futuro.

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